En Argentina, la pobreza continúa marcando el destino de millones de personas, pero son niñas, niños y adolescentes quienes sufren con mayor crudeza sus consecuencias. La niñez, que debería estar protegida y acompañada en el pleno desarrollo de sus derechos, enfrenta una vulneración estructural y persistente. Los datos oficiales muestran una realidad alarmante. Según el INDEC en el segundo semestre de 2024, más de la mitad de los niños y niñas del país (51,9%) se encontraba en situación de pobreza y el 11,5% en la indigencia, es decir, sin ingresos suficientes para cubrir una canasta básica de alimentos. Dicho en términos concretos: 1 de cada 2 chicos y chicas en Argentina crece en condiciones de privación y desigualdad.