Tutoría entre pares: un modo de hacernos presentes en el presente

En el mes de agosto, en la oficina de Tucumán y Jujuy se llevaron adelante espacios de tutoría entre pares con el propósito de continuar encontrándonos y trabajar en torno a los modos de transitar el voluntariado en ANDHES.

Esta dimensión forma parte de una política institucional que planifica, sostiene, orienta y acompaña estos recorridos. Se trata de trabajar la afiliación andhina y recuperar la dimensión de la experiencia singular en diálogo con la historicidad e identidad de la organización. 

¿Por qué habrá desaparecido el placer de la lentitud? (Kundera, 2001). 

Esta frase disparadora permite fisurar una lógica epocal marcada por el tiempo acelerado, cronometrado, calculado. Podríamos decir el no-tiempo y el no-lugar. En ANDHES y en la experiencia del voluntariado, existe una apuesta por un otro tiempo y efectivamente un sí-lugar, donde hay etapas, progresividad, espera, y fundamentalmente la necesidad de transitar y habitar un espacio específico, con un grupo de personas, en un tiempo histórico en particular. 

En este otro tiempo, sin dudas tenemos una agenda de trabajo, objetivos y acciones. Y ese anclaje en la tarea es central para el desarrollo del voluntariado: ser parte de un área temática o de una línea estratégica, conocer la planificación, implementar alguna actividad, participar de discusiones y espacios de debate, entre otros aspectos. En este otro tiempo, el deseo abre camino e insiste, para que sigamos siendo parte, para que haya disfrute y sea posible el encuentro con el otro y la motivación de construir un mundo mejor. 

En ese transcurrir, pensando en lo que hacemos, hablando lo que nos pasa y soportando lo incierto, no buscamos reducir la experiencia ni volver a ella una ganancia en términos mercantiles. Justamente, el voluntariado en ANDHES es una ganancia imposible de medir. 

Es así que el voluntariado en una organización como ANDHES cuenta con distintos sentidos. 

Uno, el fundacional. Pensar en la historia de la organización, es remontarnos a la crisis del 2001 y el impulso colectivo de un grupo que, de forma voluntaria, constituyen este espacio de militancia, participación política, trabajo y lucha por los Derechos Humanos que hoy ya lleva más de 20 años. 

Dos, la incidencia en la construcción de subjetividades político-culturales. El voluntariado como una apuesta por construir miradas de mundo que partan de análisis críticos de la realidad social, que incorporen la perspectiva de Derechos Humanos, que construyan un conjunto de conocimientos y saberes situados, con anclaje en el territorio y en la investigación desde el NOA. 

Tres, la experiencia compartida y la interdisciplinariedad. La posibilidad de encontrarnos con otros. Llevar adelante un proyecto, una acción planificada en conjunto y desde la interdisciplina, en equipo. El lugar de la palabra del otro y de la propia. Hacer del diálogo una experiencia posible. 

Cuatro, el trayecto propio y los significados construidos. Se trata de aquello que significa andhes para cada cual. La experiencia singular y allí la sorpresa, lo memorable, lo que dejó huella, aquello que se pudo cambiar, el deseo vinculado al desarrollo profesional, el saberse con otros, las ganas de continuar quedándose o también la posibilidad de concluir una etapa. 

Es decir, un conjunto de sentidos que se conjugan en una síntesis potente: ser parte de ANDHES habitando el pasado, viviendo el presente y proyectando un futuro, que aún siendo difícil de pensar, se gesta desde este lugar conjunto de enunciación actual. 


Luciana Yepez

Directora Institucional - Oficina Tucumán



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