“Era la máquina o éramos nosotras”. Con esa frase, Esperanza resume la fuerza de una generación que decidió ponerse de pie frente al avance del desmonte y la violencia sobre los territorios. Integrante del Movimiento Nacional Campesino Indígena – Jujuy y Orientadora Legal Comunitaria, Esperanza comenzó a militar por los derechos humanos y la defensa del territorio cuando tenía apenas 16 años, en su comunidad de El Carmen.
