En un momento en que las democracias de la región enfrentan nuevas formas de opresión, silenciamiento y desigualdad, ANDHES presentó ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos un amicus curiae en el marco de la Opinión Consultiva “Democracia y Derechos Políticos”, solicitada por el Estado de Guatemala. El aporte escrito refleja más de dos décadas de trabajo territorial en el Noroeste Argentino y busca acercar a la Corte una mirada situada sobre cómo se producen —y cómo se erosionan— las prácticas democráticas en nuestras comunidades.

Desde nuestra experiencia en Tucumán, Jujuy y Salta, entendemos que la democracia no es solo un sistema institucional: es una forma de vida que se sostiene en la participación, el acceso a la palabra, la igualdad en la toma de decisiones y el reconocimiento de las diversidades culturales que habitan nuestros territorios. Sin embargo, en los últimos años hemos observado con preocupación un avance sobre esos pilares fundamentales.

Extractivismo, desigualdad y cierre del espacio cívico: una combinación que amenaza la democracia

El amicus detalla cómo el avance de los modelos extractivos —particularmente la megaminería y el litio— está transformando las formas de gobernar en la región. Allí donde se instalan estos proyectos, suelen aparecer también restricciones a la protesta, debilitamiento de los controles institucionales y discursos oficiales que deslegitiman la participación comunitaria. La experiencia de Jujuy, con la reforma constitucional de 2023 y la actualización del régimen ambiental minero, es uno de los ejemplos más preocupantes que presentamos ante la Corte.

En estos escenarios, comunidades indígenas, mujeres campesinas y defensoras ambientales se convierten en las primeras voces silenciadas. La criminalización de la protesta, las imputaciones arbitrarias, la vigilancia y el hostigamiento se repiten una y otra vez como mecanismos para desalentar la participación y blindar intereses económicos.

Desigualdad estructural: una barrera persistente para ejercer derechos

El documento también muestra que en el NOA la desigualdad no es solo económica: es territorial, epistémica, étnica y de género. Las comunidades que cuidan el agua y el territorio suelen quedar fuera de los procesos donde se decide sobre su propio futuro. Las mujeres —especialmente las indígenas y campesinas— sostienen las redes comunitarias, pero enfrentan múltiples cargas y violencias cuando alzan la voz.

Estas desigualdades explican por qué la democracia, tal como se practica hoy, no alcanza a todas las personas por igual. Reconocer esta realidad es imprescindible para imaginar instituciones más inclusivas y respetuosas.

El derecho como instrumento de opresión o como herramienta de democratización

El amicus alerta sobre el crecimiento de un autoritarismo legalista, que utiliza normas, reglamentos y procedimientos para restringir la participación, legitimar el despojo territorial o desactivar resistencias. Son formas de autoritarismo que no rompen las instituciones, sino que las vacían por dentro.

Frente a ello, los territorios nos muestran otra ruta posible: prácticas comunitarias que reconstruyen vínculos, deliberan colectivamente y sostienen la participación desde abajo, ampliando los sentidos y horizontes de la democracia.

Los nuevos desafíos digitales: democracia en la era algorítmica

En un mundo cada vez más mediado por plataformas, algoritmos y circulación acelerada de información, la democracia enfrenta también riesgos nuevos: desinformación, discursos de odio, manipulación de datos y concentración del poder digital.

Por eso insistimos en que la infraestructura informacional debe contar con garantías democráticas: transparencia, protección de datos, acceso igualitario al espacio digital y fortalecimiento de medios comunitarios.

Pluralismo jurídico y libre determinación: caminos para una democracia más inclusiva

Finalmente, ANDHES subraya la importancia de reconocer la coexistencia de sistemas normativos indígenas y las formas propias de resolver conflictos. La libre determinación de los pueblos es una llave para reestructurar la justicia y fortalecer la legitimidad democrática desde una perspectiva intercultural.

Una invitación a renovar la imaginación democrática

El amicus presentado ante la Corte Interamericana es, en esencia, una invitación: a mirar la democracia desde los territorios y no solo desde las instituciones; a escuchar a quienes históricamente quedaron fuera de la conversación pública; a defender los derechos políticos no como formalidades, sino como prácticas vivas.

En tiempos de desencanto democrático, desigualdad exacerbada y discursos de odio, creemos que la democracia necesita ser reimaginada y reconstruida desde abajo, con dignidad, pluralismo y justicia social. Ese es el aporte que ANDHES busca poner a consideración de la Corte Interamericana.