La transición energética, que se presenta como solución global, profundiza desigualdades históricas en territorios indígenas del noroeste argentino. Esta región, rica en minerales esenciales como el oro, el cobre y el litio, se ha convertido en un foco mundial para la minería, a pesar de las amenazas documentadas a las tierras y los derechos de las comunidades locales.