Lamentablemente Tucumán cuenta con una larga historia de accionar ilegal de las fuerzas de seguridad, que implica un deficiente tratamiento de la problemática por parte de los tres poderes que conforman el estado provincial. Entre estos antecedentes podemos destacar: 1) la vigencia de la Ley de Contravenciones Policiales N° 5140, luego de casi 15 años del fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que la declaró inconstitucional en el caso “N., J. G. s/ infr. art. 15, inc. 4°, LCP s/ incidente de inconstitucionalidad”. En este fallo la Corte instó a la provincia a sancionar un nuevo régimen que se adecúe a los estándares internacionales en materia de detenciones sin órden judicial, sin embargo actualmente esta sigue siendo una herramienta utilizada por las fuerzas para la detención arbitraria de personas, detenciones en las que muchas veces se producen hechos de violencia policial que no llegan a conocimiento de la justicia. 2) La falta de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura. Pese a encontrarse vigente la Ley provincial N° 8523, por la que se creó el mecanismo provincial en el año 2012, hasta el día de la fecha no se encuentra conformada de manera efectiva la Comisión Provincial de Prevención para la Tortura de Tucumán, sin que hayan dado cumplimiento a su integración ninguno de los representantes del estado provincial que deberían formar parte. Esto deja a nuestra provincia sin un organismo de control del accionar de las fuerzas de seguridad, frente a un contexto de recrudecimiento del uso de la fuerza. ¿Quién controla a las fuerzas?. 3) Emblemáticos casos de violencia policial. Tucumán cuenta en su historial con graves hechos de muerte por uso ilegal y desproporcionado de las armas por parte de las fuerzas de policía. Entre ellos podemos recordar el asesinato de Ismael Lucena en el año 2011; el caso de Miguel Reyes Pérez, quien fue asesinado en el año 2016; el de Facundo Ferreyra -niño de 12 años que murió por un disparo en la nuca - en el año 2018; y el crimen de Luis Espinoza, durante una cuestionada gestión de la cuarentena, en el año 2020. 4) La crisis de los lugares de encierro. Tucumán atraviesa hace más de 10 años una grave crisis de sobrepoblación y condiciones indignas de los lugares de encierro, que ha transformado a las comisarías y dependencias policiales en lugares de depósito de personas y graves vulneraciones de derechos humanos. En este contexto, en el que hemos alcanzado cifras de sobrepoblación que cuadruplican la capacidad de alojamiento de las comisarías, se produjeron muertes en graves hechos, entre las que podemos mencionar: el fallecimiento de dos jóvenes (A.B y E.G) en la Brigada de Yerba Buena en el año 2015; y la muerte de cuatro mujeres jóvenes en la Brigada de Concepción en el año 2021, quienes fallecieron calcinadas dentro de la celda en la que se encontraban. En ambos casos, las víctimas reclamaban por mejoras en las condiciones de alojamiento.